Maniobras fraudulentas para evitar embargos

Firmar una letra de cambio o un pagaré para garantizar una deuda no es suficiente si estamos ante personas que no quieren pagar y que recurren a distintas maniobras para evitar el embargo de sus bienes, y especialmente de su salario, por lo que resulta imposible ejecutar la letra o el pagaré.

Traspaso de bienes a terceros para evitar su embargo.

La maniobra más común que las personas utilizan para evitar que les embarguen sus bienes por alguna deuda es pasarlos a nombre de un tercero, como familiares o amigos.

Frente a ello, el acreedor puede demandar la nulidad de las escrituras de compraventa con las que se hicieron los traspasos por simulación, porque en general esos traspasos se hacen mediante una compraventa simulada, ficticia. Sin embargo, es un proceso que toma mucho tiempo y, en ocasiones, se hacen varios traspasos sucesivos, y al final aparece un tercero que alega haber comprado de buena fe, por lo que resulta imposible la declaración de nulidad de ese negocio.

Acción de simulación.La acción de simulación es una acción civil que permite demandar los contratos que se han simulado para defraudar a terceros.

En ocasiones, se recurre a la donación, por lo que habría que determinar si esa donación cumplió con los requisitos de ley, como la necesidad de insinuación, que en general es necesaria para donar bienes inmuebles.

Embargos falsos para evitar el embargo de los salarios.

El deudor moroso y mañoso que no quiere pagar una deuda utiliza a un familiar que pueda tener derecho al pago de una cuota de alimentos para que le embargue el salario, embargo que, por supuesto, es arreglado y el dinero regresa al deudor. De ese modo, cuando el acreedor intente embargar el salario, este ya ha sido embargado y no queda «cupo» para otro embargo.

Lo más común es utilizar a la mamá o a un hijo menor de edad para ese propósito, y al ser un embargo arreglado es fácil conseguir que un juez lo decrete sin que se entere del trasfondo de la maniobra.

Garantía real como defensa al fraude del deudor.

Las garantías personales, en realidad, no son ninguna garantía frente a una persona que ha tomado la decisión de no pagar, decisión que puede ser premeditada, así que la mejor manera de protegerse es exigiendo garantías reales, como la hipoteca o la prenda con tenencia.

Si el valor que usted va a prestar es elevado, debería exigir una garantía real porque, si el deudor ha tomado la decisión de no pagar, no lo hará por más que haya firmado contratos y títulos valores.

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