Se llama titularización al método que consiste en la estructuración de valores con el objetivo de comercializar activos o derechos sobre futuros flujos provenientes de bienes activos que, desde su origen, no son líquidos o están catalogados dentro de los que tienen una realización lenta.
Titularización.
La titularización consiste en crear títulos de inversión a partir de los activos de una empresa, a fin de ser negociados en la bolsa de valores.
Un título de inversión está respaldado por los activos subyacentes que lo conforman, y la remuneración de esa inversión son los flujos de caja que generen esos activos.
Por ejemplo, una empresa que posee una flota de vehículos de carga puede crear un título con esos vehículos, y el flujo de caja serán los ingresos que se obtengan por la operación de esos vehículos.
Obtención de recursos mediante la titularización.
Mediante la titularización de sus activos, las firmas empresariales consiguen los recursos necesarios con la intención de dar luz a negocios a través de un método que era impensable e imposible de llevar a cabo con el método tradicional de financiación. En síntesis, la titularización ofrece conseguir ingresos instantáneos que fueron obtenidos a través de activos que se titularizarán a futuro y permite optimizar cada uno de los activos que posea cada compañía.
Al hablar de titularización, hay que separarla en dos aspectos. La primera es de flujos futuros. Este método consiste en identificar un comportamiento estable y continuo en el tiempo, como pueden ser los impuestos o peajes, entre otras posibilidades.
La otra forma de titularización es a través de la comercialización de los activos. Este método refiere a la identificación de un bien que pueda generar ingresos financieros y venderlo sin que cause daño en la capacidad operativa. Entre las posibles propuestas está la cartera de crédito de cada empresa.
Ventajas de la titularización.
Las ventajas a destacar de la titularización se dividen para inversionistas y emisores. Los primeros adquieren beneficio porque el riesgo es sobre el activo a titularizar y no sobre la empresa que vende. A su vez, el portafolio de inversión se amplía y obtiene un bien a un valor diferente o con riesgo muy bajo respecto al habitual. También hay que mencionar que, de esta manera, el inversionista logra mayores tasas de rendimiento.
En cuanto al emisor, tiene como ventaja que con la titularización no se publica la información de la empresa, sino la del activo, y sus fuentes de financiamiento se diversifican. Es importante mencionar que no afecta el índice de deudas de cada firma porque se transforma un activo en otro.
Por último, esta actividad no se afecta por la calidad de crédito, sino por la de los activos que son los que generan el efectivo.
Cómo opera la titularización.
La titularización se hace por medio de una sociedad de titularización, quien recibe los activos y crea con ellos un patrimonio autónomo.
Una vez se crea el patrimonio autónomo y se formaliza la titularización, la sociedad de titularización coloca esos títulos en la bolsa de valores, y una vez sean colocados o vendidos, la empresa dueña de los activos recibe el dinero correspondiente.
De esa manera, la empresa se financia al tiempo que puede seguir utilizando los activos titularizados, sin recurrir a un pasivo como tal.
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