El principio de equidad tributaria es uno de los principios que se deben considerar a la hora de fijar o imponer un impuesto, y aquí trataremos de explicarlo.
Principio de equidad.
La equidad propende a que a cada quien se le dé lo que merece, o en el caso de los impuestos, exigirle lo que puede pagar.
En la equidad no hay igualdad, pues cada persona es distinta y se la ha de dar o exigir según su condición o circunstancia.
La equidad supone que quien tiene más recibe menos, y quien tiene menos recibe más, lo que es distinto de la igualdad, donde todos reciben lo mismo sin considerar si merecían más o menos.
Qué es la equidad tributaria.
La equidad tributaria pretende que al contribuyente se le cobre lo que pueda soportar según su capacidad de pago, a fin de evitar impuestos excesivos, al igual que beneficios tributarios excesivos.
La equidad no es igualdad; donde todos pagan lo mismo, la equidad consiste en que el impuesto sea soportado por cada individuo según su ingreso o patrimonio, que se entiende como su capacidad contributiva.
La equidad tributaria tiene dos corrientes: una que se refiere a la equidad horizontal y otra a la equidad vertical.
La equidad horizontal se aproxima al principio de igualdad en el sentido de que dos individuos con capacidad económica igual deben tributar igual, en tanto que la equidad vertical propende a que el individuo con mayor capacidad de pago debe soportar una mayor carga tributaria, que se aproxima más a la filosofía de la equidad como tal.
La Corte Constitucional, en la sentencia C-409 de 1996, se refirió a la equidad tributaria en los siguientes términos:
«La equidad del sistema tributario es un criterio con base en el cual se pondera la distribución de las cargas y de los beneficios o la imposición de gravámenes entre los contribuyentes para evitar que haya cargas excesivas o beneficios exagerados. Una carga es excesiva o un beneficio es exagerado cuando no consulta la capacidad económica de los sujetos pasivos en razón a la naturaleza y fines del impuesto en cuestión. De esta forma, el principio de equidad exige que se graven, de conformidad con la evaluación efectuada por el legislador, los bienes o servicios cuyos usuarios tienen capacidad de soportar el impuesto, o aquellos que corresponden a sectores de la economía que el Estado pretende estimular, mientras que se exonere del deber tributario a quienes, por sus condiciones económicas, pueden sufrir una carga insoportable y desproporcionada como consecuencia del pago de tal obligación legal.»
La equidad tributaria es una herramienta para corregir desequilibrios o desigualdades en la sociedad y en determinados sectores económicos, pues se gravan a los que más tienen y se introducen beneficios a quienes menos tienen o al sector económico que se considere necesario o conveniente estimular.
Un impuesto que podemos considerar como equitativo, o que intenta serlo, es el impuesto de renta de las personas naturales, en la medida en que se introduce una tarifa progresiva en función del monto de los ingresos del sujeto pasivo.
En cambio, el más inequitativo que podemos colocar de ejemplo es el impuesto a las ventas, donde todo ciudadano paga el mismo porcentaje sin considerar su condición económica, y se otorgan los mismos beneficios tanto a los que tienen capacidad económica como a quienes no la tienen.
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