Obsolescencia programada

La obsolescencia programada es un fenómeno en el que los productos son diseñados para tener una vida útil limitada. Esto se hace con el fin de forzar a los consumidores a comprar nuevos productos con más frecuencia. La obsolescencia programada puede tomar muchas formas, como la reducción del rendimiento del producto, el cambio en el diseño o la discontinuación de piezas de repuesto.

Obsolescencia programada para vender más.

Es una estrategia comercial muy controvertida puesto que su objetivo es vender más. Mientras que algunos argumentan que es una forma legítima de mejorar los productos y mantener a los consumidores interesados, otros sostienen que es una forma de engaño que solo sirve para aumentar las ganancias de las empresas.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que la obsolescencia programada es una práctica aceptable o debería prohibirse?

El debate está en plena ebullición, así que echa un vistazo a este artículo para obtener más información sobre el tema.

¿Qué es la Obsolescencia programada?

La obsolescencia programada, también conocida como obsolescencia planificada o programada para obsoleto, es una estrategia comercial utilizada por muchas empresas en la que se diseñan productos para tener una vida útil limitada. Esto significa que, aunque el producto pueda seguir funcionando correctamente, dejará de ser compatible con el resto del sistema o se degradará de otra manera después de un período de tiempo determinado.

Esta estrategia se utiliza comúnmente en la industria de la electrónica, pero también se ha encontrado en otros productos, como ropa y juguetes. La obsolescencia programada es una estrategia comercial controvertida. Algunos la ven como una forma legítima de generar ingresos, ya que los clientes deben comprar nuevos productos cuando se vuelven obsoletos. Sin embargo, otros la ven como una forma de forzar a los clientes a comprar productos nuevos, incluso si no necesitan uno.

Esto puede conducir a un desperdicio de recursos y a un impacto negativo en el medio ambiente. La obsolescencia programada también puede tener un efecto negativo en la economía, ya que reduce la cantidad de dinero que las personas pueden gastar en otras cosas. Si todos los productos electrónicos se volvieran obsoletos después de unos pocos años, por ejemplo, la gente tendría que gastar más dinero en reemplazarlos, lo que podría reducir el gasto en otros sectores de la economía.

Aunque la obsolescencia programada es legal en la mayoría de los lugares, algunos países han tomado medidas para tratar de limitarla. En Francia, por ejemplo, se ha creado una ley que requiere que las empresas revelen si sus productos están programados para ser obsoletos.

Esta ley también establece multas para las empresas que no revelen esta información. La obsolescencia programada es una estrategia comercial controvertida que puede tener un impacto negativo tanto en los consumidores como en la economía. Aunque es legal en la mayoría de los lugares, algunos países están tratando de limitarla mediante leyes y regulaciones.

Objetivo de la Obsolescencia programada

La obsolescencia programada es la planeación por parte de los fabricantes de que sus productos tengan una vida útil determinada y limitada. Aunque esto pueda sonar beneficioso para la economía, en realidad es una estrategia perniciosa que tiene graves consecuencias económicas, ambientales y sociales.

Los productos obsolescentes son generalmente más costosos de reparar que de reemplazar, lo que lleva a que la gente compre más productos nuevos en lugar de mantener y reparar los que ya tienen. Esto aumenta el consumo y, por lo tanto, las emisiones de carbono, lo que es perjudicial para el medio ambiente. También contribuye a la acumulación de basura, ya que muchos de estos productos no son reciclables.

La obsolescencia programada también tiene un impacto económico negativo, ya que aumenta el costo de la vida para las personas. Además, esta estrategia de marketing es generalmente injusta, puesto que afecta principalmente a las personas de bajos ingresos que no pueden permitirse el lujo de comprar un nuevo producto cada vez que el viejo se rompe. Aunque la obsolescencia programada puede parecer una práctica beneficiosa para los fabricantes, en realidad es perjudicial para la economía, el medio ambiente y la sociedad en general.

Es importante tomar medidas para reducir el impacto negativo de esta estrategia de marketing, ya sea mediante el fomento del uso de productos reacondicionados o mediante la creación de leyes que obliguen a los fabricantes a hacer productos más duraderos.

Origen de la Obsolescencia programada

La obsolescencia programada se utiliza comúnmente en productos de consumo, como teléfonos celulares, televisores y computadoras. De hecho, se estima que la obsolescencia programada representa un mercado de $1 billón al año en los Estados Unidos.

El modelo de obsolescencia programada se originó en la década de 1930.

Cuando los fabricantes de bombillas de incandescencia comenzaron a diseñar lámparas con filamentos de metal más delgados para que se quemaran más rápido. Esto les permitió aumentar las ventas, ya que los consumidores tenían que comprar lámparas nuevas con más frecuencia.

En la década de 1950.

La obsolescencia programada se extendió a otros productos, como los automóviles. Los fabricantes comenzaron a utilizar materiales de menor calidad en los vehículos para reducir los costos de producción. Esto hizo que los coches se desgastaran más rápido y requirieran más reparaciones.

En la década de 1960 al 2000.

La obsolescencia programada se convirtió en una estrategia de marketing utilizada por muchas grandes empresas. Los fabricantes comenzaron a introducir nuevas características en sus productos con más frecuencia, lo que hacía que los modelos anteriores quedaran obsoletos. También comenzaron a utilizar materiales de menor calidad para reducir los costos de producción.

La obsolescencia programada es una realidad y está más extendida de lo que podríamos imaginar. Según un estudio de la Universidad de Stanford, el 85% de los teléfonos móviles que se venden en EE.UU. son obsoletos antes de cumplir tres años. ¿Cómo se consigue que un producto se vaya deteriorando de forma progresiva? Hay varias técnicas, pero la más utilizada es la de crear versiones nuevas del mismo producto cada cierto tiempo.

De esta forma, el consumidor siente la necesidad de comprar la última versión para estar a la última. Otra técnica es la de dejar de fabricar ciertos componentes para que el producto deje de funcionar. Por ejemplo, en 2014, Apple dejó de fabricar los cables de alimentación de sus ordenadores portátiles de última generación. Esto obligó a los usuarios a comprar un nuevo ordenador o a gastar una gran cantidad de dinero en un nuevo cable.

La obsolescencia programada es una práctica legal, pero muchos consumidores la consideran una estrategia desleal. De hecho, en 2012, la Unión Europea obligó a varias empresas, entre ellas, Apple, Philips y Samsung, a modificar sus políticas de obsolescencia programada. Aunque la obsolescencia programada es una realidad, no todas las empresas la utilizan. De hecho, hay muchas marcas que se esfuerzan por ofrecer productos de calidad que duren muchos años.

¿Cómo funciona la Obsolescencia programada?

La obsolescencia programada (OP) es una técnica de gestión de productos que consiste en planificar y ejecutar el cese de la producción de un producto para forzar a los clientes a comprar un nuevo modelo. Esta técnica se utiliza a menudo en la industria electrónica, donde los productos se vuelven obsoletos con frecuencia.

La misma puede ser una estrategia legítima de negocios si se usa de forma ética y responsable. Sin embargo, en algunos casos, la OP se ha utilizado de forma poco ética para manipular a los consumidores y aumentar las ganancias.

A menudo, la OP se lleva a cabo mediante la introducción de nuevas tecnologías que hacen obsoletos los productos existentes. También se puede lograr mediante el cambio de los diseños de los productos, la reducción de la calidad de los materiales o la interrupción del suministro de piezas de repuesto.

Esta estrategia se utiliza especialmente en el sector de la electrónica, donde los productos tienen un ciclo de vida relativamente corto. Los fabricantes introducen mejoras en los nuevos modelos de manera que sean atractivos para el consumidor, que tiene la sensación de estar comprando un producto mejorado.

Ejemplos de la Obsolescencia programada

Esta técnica se utiliza en muchos productos, desde teléfonos móviles hasta aparatos electrónicos. A continuación, se presentan tres ejemplos de obsolescencia programada.

1. Los teléfonos móviles

Uno de los ejemplos más claros de obsolescencia programada es el de los teléfonos móviles. Las compañías de telefonía celular lanzan nuevos modelos cada año, y muchas veces estos nuevos modelos no ofrecen mejoras significativas respecto a los modelos anteriores. Sin embargo, la obsolescencia programada hace que muchas personas quieran cambiar de teléfono cada año para tener el último modelo.

2. Las impresoras

Otro ejemplo de obsolescencia programada es el de las impresoras. Algunas compañías de impresoras venden sus productos a precios muy bajos, pero luego cobran altos precios por las tintas o los cartuchos de repuesto. Esto hace que muchas personas prefieran comprar una nueva impresora en lugar de reponer los consumibles.

3. Los ordenadores

Los ordenadores también sufren obsolescencia programada. Las compañías de ordenadores suelen lanzar nuevos modelos cada año, y a menudo estos nuevos modelos son ligeramente mejores que los anteriores. Sin embargo, la obsolescencia programada hace que muchas personas quieran cambiar de ordenador cada año para tener el último modelo.

Consecuencias de la Obsolescencia programada.

La obsolescencia programada tiene consecuencias negativas tanto para los consumidores como para el medio ambiente.

En primer lugar, esta técnica de marketing afecta negativamente a los bolsillos de los consumidores. Al tener que comprar un nuevo producto cada vez que el original se agota, los consumidores acaban gastando más dinero a largo plazo. Esto es especialmente problemático para los productos que son caros o necesarios para el funcionamiento de otro producto. Por ejemplo, si una persona compra una impresora y tiene que comprar un nuevo cartucho de tinta cada mes, acabará gastando más dinero en tinta que en la impresora en sí.

En segundo lugar, la obsolescencia programada es perjudicial para el medio ambiente. Al producirse una mayor cantidad de productos, también se produce una mayor cantidad de residuos. Esto significa que se necesitan más recursos para producir los nuevos productos, lo que a su vez genera más residuos.

Además, cuando se tiran los productos obsoletos, también se tiran los materiales que se utilizaron para fabricarlos. Esto es un desperdicio de recursos y contribuye a la contaminación.

Tipos de la Obsolescencia programada.

Hay tres tipos principales de obsolescencia programada:

Obsolescencia de rendimiento: Este tipo de obsolescencia se produce cuando el rendimiento de un producto disminuye con el tiempo. Por ejemplo, una impresora puede imprimir con menos calidad después de unos años de uso.

Obsolescencia de moda: Este tipo de obsolescencia se produce cuando los productos se quedan obsoletos porque la moda cambia. Por ejemplo, un teléfono móvil puede quedarse obsoleto cuando salen nuevos modelos con funciones mejoradas.

Obsolescencia tecnológica: Este tipo de obsolescencia se produce cuando los productos se quedan obsoletos porque la tecnología cambia. Por ejemplo, un televisor puede quedarse obsoleto cuando salen nuevos modelos con mejores características.

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Forma de citar este artículo (APA):

Gerencie.com. (2022, septiembre 19). Obsolescencia programada [Entrada de blog]. Recuperado de https://www.gerencie.com/obsolescencia-programada.html

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