Las grandes empresas, en especial aquellas que forman parte del Dow Jones o el S&P 500, publican trimestral y anualmente informes financieros que incluyen una serie de indicadores económicos y financieros para que los inversionistas los evalúen.
Indicadores económicos y financieros a evaluar.
Los indicadores proporcionan información clave sobre la estructura económica y financiera de la empresa, su desempeño financiero y general, y la salud económica de estas empresas.
A continuación, se enumeran algunos de los indicadores más comunes que las empresas suelen incluir en sus informes financieros:
- Ingresos: Los ingresos se calculan sumando todos los ingresos generados por la empresa a través de sus operaciones comerciales, como las ventas de productos o servicios. Estos ingresos representan la "parte superior" del estado de resultados. Un aumento en los ingresos suele ser una señal positiva de crecimiento, mientras que una disminución puede indicar desafíos en las operaciones comerciales.
- Beneficio neto: El beneficio neto se calcula restando todos los gastos, incluidos los impuestos, de los ingresos totales. Este número refleja la rentabilidad real de la empresa después de considerar todos los costos. Un beneficio neto creciente es una señal positiva, pero también es importante examinar qué factores contribuyeron a ese crecimiento y si es sostenible.
- Earnings Per Share (EPS): El EPS se calcula dividiendo el beneficio neto entre el número de acciones en circulación. Este indicador mide cuántos beneficios se generan por cada acción. Un EPS creciente generalmente es bien recibido por los inversores, ya que sugiere un mayor retorno potencial para los accionistas.
- Margen de beneficio bruto y margen de beneficio neto: El margen de beneficio bruto se calcula dividiendo el beneficio bruto (ingresos menos costos de producción) entre los ingresos totales. El margen de beneficio neto se calcula de manera similar, pero considera todos los gastos. Ambos indicadores muestran la eficiencia en la gestión de costos y la rentabilidad de la empresa. Un margen de beneficio saludable es esencial para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo.
- Activos totales y pasivos totales: Los activos totales representan todos los recursos y propiedades de la empresa, mientras que los pasivos totales son todas las deudas y obligaciones. La diferencia entre los activos y los pasivos se conoce como el patrimonio neto de la empresa. Un patrimonio neto creciente suele ser una señal de solidez financiera.
- Relación deuda-capital (D/E): Esta relación se calcula dividiendo la deuda total de la empresa entre su capital propio. Indica cuánto de su financiamiento proviene de deuda en comparación con el capital propio. Un D/E alto puede sugerir un mayor riesgo financiero, ya que la empresa depende más de la deuda para financiar sus operaciones.
- Flujo de efectivo operativo: Se calcula restando los gastos operativos de los ingresos operativos. Este indicador muestra cuánto efectivo se genera o consume a través de las operaciones centrales de la empresa. Un flujo de efectivo operativo positivo es esencial para financiar las operaciones y el crecimiento.
- Ratios de liquidez: Estos ratios incluyen el índice de liquidez corriente (activos corrientes divididos por pasivos corrientes) y el índice rápido (activos corrientes menos inventario divididos por pasivos corrientes). Miden la capacidad de la empresa para cubrir sus obligaciones a corto plazo. Un valor superior a 1 generalmente indica una buena salud financiera.
- Rendimiento de dividendos: El rendimiento de dividendos se calcula dividiendo el dividendo anual pagado por acción entre el precio actual de la acción. Este indicador mide el rendimiento que un inversor puede obtener de las ganancias distribuidas por la empresa en forma de dividendos. Un rendimiento de dividendos más alto puede ser atractivo para los inversores que buscan ingresos estables.
- ROA (Return on Assets) y ROE (Return on Equity): El ROA se calcula dividiendo el beneficio neto entre los activos totales de la empresa. El ROE se calcula dividiendo el beneficio neto entre el capital propio. Ambos indicadores miden la eficiencia en la utilización de activos y capital propio para generar beneficios. Un ROA y ROE más altos sugieren una gestión eficiente y un buen retorno de la inversión.
- Evolución de las ventas: La evolución de las ventas muestra cómo los ingresos por ventas de la empresa han cambiado en el tiempo. Esto puede indicar tendencias de crecimiento, estabilidad o declive en la demanda de sus productos o servicios. Un aumento constante en las ventas puede ser una señal positiva de fortaleza en el mercado.
- Crecimiento de ganancias: El crecimiento de las ganancias compara el beneficio neto de un período con el mismo período del año anterior. Este indicador muestra la velocidad a la que las ganancias de la empresa están creciendo o disminuyendo. Un crecimiento positivo puede indicar una empresa en crecimiento.
- Flujo de efectivo libre: El flujo de efectivo libre se calcula restando las inversiones en activos de capital de los flujos de efectivo operativos. Representa la cantidad de efectivo disponible después de mantener y expandir las operaciones. Un flujo de efectivo libre positivo es esencial para financiar inversiones y pagar dividendos.
- Costos operativos: Los costos operativos incluyen los costos directos e indirectos relacionados con la producción y la administración de la empresa. Analizar estos costos puede ayudar a identificar áreas donde la empresa puede mejorar la eficiencia y reducir gastos innecesarios.
Cada uno de estos indicadores se utiliza para evaluar aspectos específicos de la empresa y su capacidad para generar valor para los accionistas o posibles inversionistas; sin embargo, no debe analizarse de forma aislada, puesto que se debe partir del supuesto de que, al ser datos generados por la propia empresa, pudieran no ajustarse completamente a la realidad. Es responsabilidad del inversionista contrastar estos resultados con estudios propios más complejos antes de decidir invertir o conservar la inversión ya realizada.
¿Quién genera esos indicadores económicos y financieros?
En general, estos indicadores financieros son generados o producidos por la misma empresa, pero también pueden ser generados por las agencias de calificación crediticia, analistas financieros externos y entes gubernamentales.
Importancia de los indicadores económicos y financieros.
Los indicadores económicos y financieros de una empresa son fundamentales para evaluar la estructura financiera, su salud financiera y la tendencia que presenta.
Entre las utilidades que estos informes pueden ofrecer tenemos las siguientes:
- Toma de decisiones de inversión: Los inversores utilizan los indicadores financieros para evaluar si una empresa es una inversión atractiva. Estos indicadores proporcionan información sobre la rentabilidad, el riesgo y el potencial de crecimiento de la empresa, lo que ayuda a los inversores a decidir si comprar, mantener o vender acciones de la empresa.
- Gestión empresarial: Los indicadores financieros son herramientas esenciales para la alta dirección y los ejecutivos de la empresa. Les permiten evaluar el rendimiento de la empresa en relación con los objetivos financieros y estratégicos. La capacidad de medir el progreso hacia metas específicas es fundamental para la toma de decisiones operativas y estratégicas.
- Acceso a financiamiento: Las empresas que buscan financiamiento, ya sea a través de préstamos bancarios, emisión de bonos o inversionistas, deben proporcionar información financiera detallada que incluye indicadores financieros. Los prestamistas e inversores utilizan estos indicadores para evaluar la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras y la probabilidad de reembolso.
- Comunicación con los accionistas y partes interesadas: Los indicadores financieros son una forma clave en la que las empresas se comunican con sus accionistas y partes interesadas. Los informes financieros periódicos brindan transparencia sobre el desempeño financiero y la salud de la empresa, lo que genera confianza entre los inversores y otros interesados.
- Planificación y presupuesto: Los indicadores financieros ayudan en la planificación y el presupuesto empresarial. Al analizar el desempeño pasado y proyectar el futuro utilizando estos indicadores, las empresas pueden establecer objetivos financieros realistas y tomar medidas para alcanzarlos.
- Identificación de áreas de mejora: Los indicadores financieros permiten identificar áreas problemáticas en la empresa, como altos costos operativos, ineficiencias en la gestión de activos o un crecimiento de deudas insostenible. Esto brinda la oportunidad de tomar medidas correctivas y mejorar la eficiencia financiera.
- Comparación con la competencia: Los indicadores financieros también son útiles para comparar el desempeño de una empresa con el de sus competidores en la misma industria. Esto ayuda a identificar fortalezas y debilidades relativas y a tomar decisiones estratégicas informadas.
- Proyección y planeación estratégica: Los indicadores económicos y financieros ofrecen los elementos necesarios para proyectar y planear de forma estratégica el futuro de la empresa, en la medida en que ofrecen una radiografía actual y pasada de la empresa y proporcionan los elementos para analizar tendencias de comportamiento y estructura.
Los indicadores financieros nos dicen cómo está la empresa, cómo estuvo en el pasado a través de análisis comparativos, y nos permiten identificar tendencias que pueden ser optimizadas y precisadas con base precisamente en esa radiografía.
Materia prima de los indicadores financieros.
Los indicadores financieros son fundamentales para conocer la empresa y saber su condición actual, su comportamiento pasado y su posible comportamiento futuro; pero, ¿cuál es la materia prima de esos indicadores? ¿Con qué información se elaboran? ¿Qué tan confiables son?
La principal materia prima que se utiliza para generar los indicadores financieros son los estados financieros oficiales de las empresas, y estos a su vez se basan en la información que se recoge, se registra y se clasifica mediante la contabilidad. Por ello, es tan importante que las empresas apliquen estándares contables y financieros, y que implementen políticas de contabilidad acertadas y precisas, de modo que reflejen de la forma más estricta posible la realidad económica y financiera de la empresa.
Si la contabilidad falla en su propósito, todo lo que surja de ella estará contaminado, será poco fiable y puede conducir al error de apreciación tanto a los inversionistas como a las entidades regulatorias estatales.
Ante el riesgo de sesgo inherente que tiene una información generada por la parte interesada, es decir, la misma empresa, estos indicadores se deben apoyar en otras fuentes como:
- Información operativa y de negocios: Además de los estados financieros, la información operativa y de negocios, como el número de unidades vendidas, la cuota de mercado, la expansión geográfica y otros factores operativos y estratégicos, se utiliza para contextualizar y comprender mejor el rendimiento financiero.
- Información de mercado: Los indicadores económicos y de mercado, como las tasas de interés, la inflación, el crecimiento económico y las tendencias de la industria, son factores externos que pueden influir en el desempeño financiero de una empresa y se tienen en cuenta al analizar y elaborar pronósticos.
- Comparaciones temporales: La información histórica y las tendencias a lo largo del tiempo son esenciales para evaluar el crecimiento, la estabilidad y la consistencia del desempeño financiero. Comparar datos actuales con años anteriores proporciona una perspectiva valiosa.
- Información de competidores: La comparación con empresas similares en la misma industria o sector ayuda a contextualizar el rendimiento financiero y a identificar áreas en las que una empresa puede estar superando o rezagándose con respecto a la competencia.
Esto hace patente la necesidad de apoyarse en múltiples fuentes, herramientas y recursos para tener una información más precisa y confiable que evite tomar decisiones equivocadas, máxime cuando en la historia se han comprobado grandes fraudes en colaboración con firmas multinacionales de auditoría que conspiran con sus clientes para presentar información positiva cuando su realidad es distinta, llevando a defraudar al mercado, a los inversionistas, a sus propios accionistas y a los gobiernos.
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