El impuesto al valor agregado es el que se genera sobre el valor que el comerciante agrega o añade al producto que vende.
Qué es el impuesto al valor agregado.
El Impuesto al Valor Agregado, cuyas siglas corresponden al IVA, es un impuesto indirecto que paga quien compra bienes y servicios gravados con ese impuesto.
Estamos familiarizados con el IVA, que popularmente se conoce como impuesto a las ventas, pero técnicamente es un impuesto al valor agregado.
Se llama así porque el vendedor, que es el responsable de recaudar el impuesto, termina pagando únicamente el impuesto correspondiente al valor que le ha agregado al producto que ha vendido.
Entendiendo el impuesto al valor agregado.
El Impuesto al Valor Agregado lo paga quien compra el producto, y es recaudado por el vendedor.
Supongamos que Ana vende camisas que compra a Rita. Ana las compra a Rita en $100,000 y las vende en $150,000, y para efectos prácticos supongamos que el impuesto al valor agregado es del 20%.
Cuando Ana compró las camisas a Rita, pagó un IVA de $20,000 por cada una, que corresponde al 20% de los $100,000, y cuando vende las camisas cobra un IVA de $30,000, que corresponde al 20% de $150,000.
Cuando Ana presente la declaración hará la siguiente cuenta:
IVA que cobré al cliente | $30,000 |
Menos IVA que pagué a Rita | $20,000 |
Saldo a pagar al estado | $10,000 |
Ana, como vendedora y responsable del IVA, solo debe pagar al estado $10,000, que corresponde precisamente al impuesto al valor que ella agregó a la camisa que compró a Rita.
Recuérdese que Ana compró la camisa a Rita en $100,000 y la vendió en $150,000, es decir, que le agregó un valor de $50,000, y el impuesto de esos $50,000 es precisamente $10,000, que es el 20%.
Existe una cadena de intermediarios y cada intermediario añade un valor, que es su ganancia, y es sobre mayor valor en cada eslabón de la cadena que se genera el impuesto.
Aquí hemos supuesto que Ana vendió una camisa en $150,000 que compró a Rita en $100,000, pero Rita compró la misma camisa al por mayor a Juan en $80,000 y Juan la compró al fabricante en $60,000, lo que quiere decir que al precio inicial de $60,000 se agregó valor hasta llegar a $150,000, y de eso se trata el impuesto al valor agregado.
El impuesto al valor agregado desde el lado del consumidor final.
El impuesto al valor agregado no lo paga el productor ni el vendedor; la realidad es que lo paga el consumidor final, quien no puede descontarse nada como sí lo pudo hacer Ana, que se descontó el IVA que le pagó a Rita.
El comerciante cobra el IVA al cliente y luego se descuenta el IVA que pagó a su proveedor, así que técnicamente no paga nada, pues el IVA lo paga el cliente final o consumidor final. El comerciante es un mero recaudador de un impuesto que paga el cliente final.
En el ejemplo anterior, el consumidor terminó pagando la totalidad del IVA sobre el precio de venta final de $150,000, en tanto cada intermediario paga únicamente el impuesto correspondiente al valor que añadió a su producto, que en todo caso no sale de su bolsillo sino del cliente que lo pagó, que puede ser otro comerciante o el consumidor final.
Efectos del impuesto al valor agregado.
El impuesto al valor agregado es un impuesto indirecto que se paga por consumir los bienes y servicios gravados, y no tiene en cuenta la capacidad de pago del consumidor o contribuyente.
Tanto el rico como el pobre pagan el mismo impuesto, el mismo porcentaje por el mismo producto que consuman, por lo que teóricamente el impuesto al valor agregado puede representar el 20% de los ingresos de una persona pobre, pero menos del 1% de una persona rica, en razón a que el pobre gasta todo lo que gana, y en ocasiones más de lo que gana, en tanto el rico consume mucho menos de lo que gana, lo que tiene un gran efecto económico y social.
Otro efecto que se puede advertir es que entre mayor sea la cadena de intermediarios, mayor es el valor que se añade y, por tanto, mayor es el impuesto que se paga.
Por ejemplo, un producto que en China cuesta 10 dólares, al cliente final de un pequeño y alejado pueblo puede costarle 50 dólares, porque existe una gran cantidad de intermediarios que obtienen un margen de ganancia que encarece el producto, y ese margen de ganancia corresponde al valor que cada intermediario añade al producto que comercializa y sobre el que se cobra el impuesto. Así que entre más valor se le añade al producto, más caro es, y entre más caro sea, más se paga por impuestos.
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