La gestión por resultados, también conocida como administración por objetivos, trata de mejorar la eficacia de una organización a través de una mayor responsabilidad e involucración del empleado en su propia actividad, en la medida en que se evalúa el resultado de la actividad y no la actividad en sí.
Qué es la gestión por resultados.
La gestión por resultados es un enfoque administrativo que se centra en medir y evaluar el rendimiento de una organización, equipo o individuo en función de los resultados obtenidos en lugar de simplemente medir la actividad o el esfuerzo. Se basa en la premisa de que los resultados son la medida más objetiva y significativa del desempeño.
En lugar de centrarse únicamente en las actividades o procesos, la gestión por resultados se preocupa por los logros tangibles y cuantificables. Esto implica establecer metas y objetivos claros, medir el progreso hacia ellos y evaluar los resultados finales. El objetivo es alinear los esfuerzos y recursos de manera eficiente para lograr los resultados deseados.
Surgimiento y evolución de la gestión por resultados.
La gestión por resultados se empezó a formular para evitar que la actividad cotidiana atrapara a la empresa y le impidiera alcanzar sus objetivos principales. Desde entonces ha sufrido una evolución constante y, actualmente, se podría definir como un sistema de gestión dinámica de la empresa que busca integrar sus objetivos de crecimiento y beneficio con la necesidad de desarrollo, no solo de la gerencia, sino de cada uno de los eslabones de la organización, unidades administrativas, sucursales, etc.
La gestión por resultados como una integración con el plan estratégico.
La gestión por resultados es parte de un plan estratégico conjunto, preciso, conocido de antemano y bien definido en el tiempo que conduzca a unos resultados realistas, posibles de alcanzar en el periodo de tiempo establecido.
A partir de este plan estratégico, que define los objetivos generales, se estructuran las responsabilidades a través de toda la organización, definiendo objetivos específicos para cada departamento, sección e, incluso, para cada empleado.
Principios de la gestión por resultados.
Los principios clave sobre los que gira la gestión por resultados son los siguientes.
- Establecimiento de metas y objetivos claros: Definir de manera precisa y mensurable lo que se quiere lograr.
- Medición y seguimiento del desempeño: Utilizar indicadores de rendimiento para evaluar el progreso hacia los objetivos y realizar ajustes según sea necesario.
- Responsabilidad y rendición de cuentas: Asignar responsabilidades claras a individuos o equipos y exigir rendición de cuentas por los resultados obtenidos.
- Enfoque en la eficiencia: Centrarse en la eficiencia en la asignación de recursos y en la ejecución de tareas para lograr los resultados deseados de la manera más efectiva posible.
- Aprendizaje continuo: Analizar los resultados obtenidos para aprender de las experiencias, identificar áreas de mejora y ajustar estrategias futuras.
Cada organización, de acuerdo con sus políticas internas, fijará los principios que regularán gestión y evaluación.
Objetivos de la gestión por resultados.
La gestión por resultados, por tanto, ha de definir unos objetivos cuyos resultados tengan una clara conexión en cascada con el organigrama de la empresa.
Un sistema de gestión por resultados para ser eficaz ha de partir de objetivos válidos para conducir a los resultados propuestos. En este sentido, se acuñó el término SMART para definir las características que un objetivo debe cumplir (cada letra del término corresponde con la inicial en inglés de cada una de estas características):
- Específico (Specific)
- Medible (Measurable)
- Factible (Achievable), realista (Realistic)
- Con un plazo de ejecución (Time-related).
En la definición del plan de objetivos de una empresa, cada vez está más clara la necesidad de la participación de los empleados para lograr su implicación en su consecución, lo que normalmente conlleva una recompensa económica.
Ventajas de la gestión por resultados.
Entre las ventajas de un sistema de gestión por resultados, cabe destacar: la garantía de que los administradores planifican, organizan y controlan su gestión, haciéndola más eficaz; el compromiso del empleado y la mayor eficacia y retribución del empleado que sabe exactamente cuál es su trabajo.
Las desventajas provienen de un sistema de gestión por resultados deficiente. Un error habitual es que no todos los estamentos de la empresa estén implicados en su implantación. También es frecuente que no se dediquen los recursos necesarios ni para la elaboración de la documentación ni para su explicación.
Por último, objetivos demasiado centrados en el corto plazo pueden limitar el éxito de una gestión por resultados.
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