Los seres humanos tenemos una serie de obligaciones que debemos cumplir, y estas surgen de una fuente, tienen un origen o razón para su existencia.
Fuente u origen de las obligaciones.
El diccionario de la Real Academia Española define fuente como principio, fundamento u origen de algo.
La fuente de las obligaciones en el derecho civil es:
- Los Contratos
- Los Cuasicontratos
- El Delito
- La Ley
Además, existen las obligaciones naturales, que surgen de la naturaleza misma, como la obligación moral de ayudar a una persona que sufre una necesidad.
La voluntad como origen de una obligación.
Las obligaciones pueden surgir por actos voluntarios de las personas, como la celebración de un contrato.
Por ejemplo, Esteban y Sergio celebran un contrato de compraventa; este contrato celebrado entre las partes es un acto voluntario y de él nace la obligación de Esteban, que es el comprador, de pagar un precio, y la obligación de Sergio, que es el vendedor, de entregar la cosa vendida al comprador.
En cuanto a los cuasicontratos, el Código Civil colombiano en su artículo 2302, que fue sustituido por la Ley 57 de 1887, en el artículo 34 se refiere de la siguiente manera:
«Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen o de la ley o del hecho voluntario de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella.
Si el hecho de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato.
Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito.
Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito o culpa.»
Un ejemplo de cuasicontrato es el pago de lo no debido.
Las acciones como origen de la obligación.
Otras obligaciones nacen de conductas delictuales, es decir, cuando una persona comete un delito, nace la obligación de pagar una pena, una multa o de indemnizar a la víctima, dependiendo del ilícito que se cometa.
La obligación surge porque se realizó una acción cuya consecuencia es asumir la obligación, producto de la responsabilidad en el hecho o acción.
Obligaciones impuestas.
Hay otras obligaciones que no dependen de nuestra voluntad y que seguramente no queremos asumir, pero como nacen de la ley, es imperativo asumirlas.
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