Facturación de criptomonedas

Quien realice operaciones económicas en las cuales se vendan o enajenen criptomonedas deberá expedir la factura correspondiente en caso de estar obligados a facturar.

Naturaleza de las criptomonedas.

Una criptomoneda es un activo intangible, y cuando la actividad comercial de la persona consiste en comerciar con esta clase de activo, estamos ante un inventario, que al venderse debe facturarse.

El obligado a facturar que comercie con criptomonedas tendrá que facturar cada operación de venta que realice.

La Dian, en concepto número 0106 del 19 de agosto de 2022, deja claro que las operaciones con criptomonedas se deben facturar, y quien esté obligado a facturar electrónicamente deberá hacer la factura electrónica.

Cómo facturar la venta de criptomonedas.

El comercio en criptomonedas es, por lo general, anónimo y se realiza con clientes de cualquier país que generalmente no suministran su nombre verdadero, ni ningún tipo de identificación, así que, en nuestro criterio, estas facturas se pueden hacer bajo el NIT 222222222222.

Lo relevante para la Dian y para el estado es que se reporte el ingreso, y ese propósito se cumple expidiendo la factura con el NIT 222222222222, y considerando la naturaleza anónima de este mercado, es razonable tal procedimiento.

Facturación de pagos con criptomonedas.

Una cosa es comerciar con criptomonedas y otra es pagar los bienes y servicios adquiridos con criptomonedas.

La criptomoneda como medio de pago es distinta a la criptomoneda como mercancía.

Lo que se debe facturar es la venta de criptomonedas, no los pagos que se realicen con estos activos.

Las criptomonedas son un medio de pago, y cuando se utilizan como tal, lo que se factura es la compraventa del producto que es pagado con la criptomoneda.

Cuando lo que se vende es la criptomoneda en sí, esa operación sí se debe facturar.

Difícil control de la facturación de criptomonedas.

Para el estado, de momento, le resulta difícil controlar la facturación de las operaciones en criptomonedas por la dificultad para rastrear las operaciones.

La mayoría de las plataformas de intercambio de monedas son del exterior y no comparten información con el país, y ni siquiera esas plataformas pueden garantizar la identificación de sus clientes, lo que hace muy difícil saber quién compra y quién vende.

Sin embargo, quien opere con estos activos debe tener claro que debe tener un registro de los ingresos que obtiene y de cómo los obtiene, puesto que las criptomonedas no son bien vistas por el estado, que las asocia con actividades ilícitas como estafas, lavado de dinero, etc.