Un país, como una familia o una empresa, obtiene ingresos e incurre en gastos y pagos, en este caso, respecto al intercambio de bienes y servicios al exterior, ya que los países exportan e importan, lo que afecta su cuenta corriente, que puede ser deficitaria.
Cuenta corriente de un país.
La cuenta corriente es un indicador económico dentro de la balanza de pagos que recoge los flujos comerciales de bienes, servicios, ingresos y pagos que se hacen desde un país al exterior y viceversa, y ese balance puede ser deficitario.
Los países intercambian entre sí productos y se crea la cuenta corriente que lleva el control de esas transacciones, con entradas y salidas.
Como cualquier cuenta bancaria, existen débitos y créditos, lo que al final deja un saldo que puede ser negativo o positivo, lo que refleja la estabilidad económica del país.
¿Cuándo se presenta el déficit en cuenta corriente?
Cuando un país realiza un gasto mayor en sus transacciones internacionales que lo que ingresa por ellas, se produce un déficit en la balanza de pagos.
Cuando el gasto en las importaciones de bienes y servicios es superior a los ingresos por las exportaciones, se produce un déficit en la cuenta corriente.
Que exista un déficit en la cuenta corriente no tiene por qué considerarse negativo en un primer momento, y habría que determinar las razones por las que existe dicho déficit.
Causas por las que se genera un déficit de cuenta corriente.
Son muchas las causas por las que los gastos por las importaciones pueden superar a los ingresos por las exportaciones en un momento dado, pero podrían destacarse algunas:
- Los precios nacionales son inferiores a los del resto del mundo (sin traducirse en un aumento del volumen de exportación) y/o un volumen total de las exportaciones bajo. En esta situación cabría preguntarse si la calidad y/o competitividad de nuestros productos y servicios puede hacer frente al comercio internacional.
- Disminución del ahorro nacional (gastamos más y, en buena medida, lo hacemos en productos y servicios extranjeros). Esto podría traducirse en buenas perspectivas económicas, dado que cuando el ahorro aumenta, tanto de las empresas como de las familias, suele significar que sienten incertidumbre con respecto al futuro. Si el ahorro disminuye, significa que tienen asegurados (o así lo creen) una fuente segura de ingresos para poder seguir consumiendo.
- Aumento de los impuestos, lo que se traduce en un aumento del gasto nacional (tanto de productos autóctonos como exteriores) sin que signifique un mayor volumen de consumo.
- Incremento del gasto en operaciones de crédito. En muchas ocasiones es necesario solicitar préstamos para poder importar productos y servicios extranjeros (algunos son indispensables, pues carecemos de materias primas suficientes para producir). Estos préstamos generan intereses que, con el tiempo, van incrementándose si se posterga su liquidación.
Mantener de forma persistente un déficit en la cuenta corriente puede ocasionar la depreciación de la divisa nacional y, por supuesto, endeudamiento externo, porque ese déficit se suele solucionar con crédito externo como una forma de adquirir divisas.
Qué ocurre cuando se presenta un déficit en la cuenta corriente de un país.
Cuando un país importa más de lo que exporta, se presenta un déficit en la cuenta corriente, además de un déficit comercial, por supuesto, y ello lleva a que el país deba endeudarse.
Es como una familia que gasta más de lo que gana, por lo que esa diferencia debe financiarla con crédito.
Los países deben adquirir créditos externos para financiar su déficit en cuenta corriente, por lo que hay que pagar intereses y capital, que terminará afectando la cuenta corriente del periodo en que se haga, por lo que se convierte en un círculo vicioso que lleva al incremento constante de la deuda externa.
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