¿A quién se le paga el arriendo cuando fallece el arrendador?

Cuando fallece el arrendador, el contrato de arrendamiento continúa vigente y el arrendatario debe seguir pagando el arriendo, ¿pero a quién? Al fallecer el arrendador, deja de existir un arrendador y todos los herederos se convierten en arrendadores con derecho a recibir el pago del arrendamiento. ¿Cómo se soluciona ese asunto?

La sucesión como arrendador.

Al fallecer el arrendador, surge la sucesión, en este punto ilíquida, de modo que técnicamente la sucesión es el arrendador, a quien se debe pagar el arriendo.

En tal caso, lo ideal es que los herederos nombren formalmente a un administrador de la sucesión, quien se hará cargo de las obligaciones y de los derechos de la sucesión, y entre ellas está el recaudo del canon de arrendamiento.

La sucesión será el arrendador hasta tanto no se liquide y se resuelva el destino del inmueble arrendado, surgiendo así un nuevo arrendador formalmente.

No pagar el arrendamiento a herederos individuales.

No se recomienda pagar el arriendo a un heredero cualquiera, porque si no está autorizado por los demás herederos será fuente de conflicto. Los demás herederos pueden alegar que se pagó a quien no estaba facultado para cobrar.

En consecuencia, el arrendatario deberá exigir que los herederos, de forma escrita, designen a la persona que recaudará el arrendamiento.

Pago del arriendo por consignación extrajudicial.

Si la sucesión no ha designado un administrador o representante, el arrendatario puede realizar el pago del canon de arrendamiento en los términos del artículo 10 de la ley 820 de 2003, que establece el pago por consignación extrajudicial, que generalmente se hace ante una sucursal del Banco Agrario a nombre de la sucesión, dando por cumplida la obligación de pagar el arriendo y evitando caer en incumplimiento.

La consignación se debe realizar dentro de los plazos que se hayan acordado en el contrato de arrendamiento.